Ministros de la Suprema Corte
Cuando era joven y estudiante de la carrera de Derecho, soñé, supongo que como cualquier otro aspirante a abogado o abogada, con llegar algún día a ser ministro de la Suprema Corte. Con el tiempo, aprendí que los años enseñan más que la universidad. En algún momento, me esforcé por obtener el nombramiento de juez, y lo logré. Me desempeñé como juez de primera instancia en el ramo penal en esta ciudad, Torreón. Tuve claro que ocupar el cargo de juez era un honor que pocos alcanzaban, pero más importante aún era ejercerlo con eficiencia e imparcialidad. Durante cuatro años trabajé en esa función, una de las más gratificantes y difíciles tareas profesionales de mi vida. En aquellos días, mantenerse en el cargo dependía principalmente del apoyo político ante el gobernador. Aunque no faltaron quienes se ofrecieron a interceder por mí, preferí regresar al ejercicio libre de la profesión. Para mí, resultaba una carga pesada tener que decidir cuándo un procesado debía ser condenado y cuál serí...