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  La Reforma Judicial llegó para quedarse. Discutir que el partido en el poder, encarnado en una sola voz —la del Mesías tropical— y quien la heredó en la actual mandataria, “haiga como haiga sido”, logró lo imposible en poco más o menos un año, es decir, hacerse del Poder Judicial —el único que aún no controlaba—, es un hecho. La situación que ahora confrontamos es la incertidumbre: ¿Qué va a suceder en el tiempo venidero? ¿Qué caminos va a emprender el partido en el poder? La meta social de abatir la pobreza, de cerrar la brecha entre una enorme cantidad de mexicanos ubicados en la pobreza y una parte de ellos en la pobreza extrema, sigue estando presente. Y ese toral asunto no se sabe cómo, ni con qué medidas, se va a confrontar. El poder político, en el presente, lo tiene Morena, y casi sin oposición en ese terreno. El poder económico —ese es otro problema— sigue en manos de una oligarquía que controla los grandes capitales, la industria, la banca (en manos de extranjeros...

Mi árbol y yo

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  Una helada —una negra, o sea, de las dañinas—, de aquellas que en la Comarca Lagunera ocurren algunos inviernos, acabó con los cinco árboles ficus que rodeaban mi hogar y que, con los años a cuestas, habían engrosado sus troncos. Daban cobijo a sus habituales huéspedes alados y a algunos automotores, cuyos dueños o conductores se apresuraban a estacionarse a su sombra. Prácticamente de una noche a una mañana pasaron a convertirse en esqueletos. Sus ramas perdieron, en pocos días, sus hojas, y de aquello verde deslumbrante no quedó sino un tapete amarillento cubriendo el piso alrededor de un tronco que se negaba a caer. Así transcurrieron dos o tres años, y la esperanza de verlos reverdecer se fue diluyendo. Tuve que aceptar que no quedaba otra solución más que cortar los troncos, extraer las raíces y sembrar otros árboles más adecuados a nuestra zona semidesértica, de condiciones climáticas extremas: en verano hasta cerca de 50 °C y, en invierno —raro, pero sucedía— hasta alg...

La certeza

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En cada lugar, en cada momento, donde menos lo esperas, la vida te enseña, te educa, te hace reflexionar. Hace unas semanas disfruté una película, Cónclave , filmada en 2024, sobre el proceso de elección —por parte del colegio cardenalicio de la Iglesia católica— de un nuevo papa, cuando el anterior fallece o renuncia. Durante el desarrollo del film, el cardenal encargado de organizar el cónclave dirige la primera reunión oficial con un mensaje que comienza evocando, en pocas palabras, los méritos del papa recientemente fallecido. Consciente de que la nueva elección será crucial para la vida de la Iglesia —porque quien resulte electo marcará su rumbo—, en el seno del colegio ya se perfilan dos grupos: Por un lado, los conservadores, que opinan que la ruta debe atenerse a la ortodoxia que durante siglos ha delineado el pensamiento eclesiástico: conservar el celibato, rechazar el divorcio entre feligreses, limitar la participación de las mujeres en la dirección de la Iglesia, pro...

El arte de la guerra

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  Sun Tzu escribió hace más de un milenio una obra compuesta por frases redactadas de forma general o abstracta, que cualquier persona puede aplicar frente a un conflicto o confrontación. El objetivo es enfrentar esas situaciones con la finalidad de ganar o salir librado de la mejor manera. Si bien El arte de la guerra está dedicado a los conflictos bélicos, también puede aplicarse en la vida diaria. En particular, lo recomendaría a los abogados, sobre todo a aquellos que se dedican al litigio, donde los clientes dirimen ante los tribunales el o los derechos reales o supuestos que alegan tener a su favor y sobre los cuales disputan frente a otros. Así, por ejemplo, Sun Tzu nos dice: “Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro. Si no conoces a los demás pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra. Si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.” El abogado, al iniciar una c...

Del baúl de los recuerdos

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Mi medio hermano Tulio era mayor que yo por unos trece años. Cuando él tenía cerca de dieciocho, yo apenas era un niño, así que tuvimos poco tiempo para convivir, y menos aún para conocernos de verdad. Tulio siguió los pasos de su hermano mayor, Jorge, a quien prácticamente no conocí. En cuanto tuvo edad, Jorge se marchó de Acámbaro, ingresó al Colegio Militar de la Ciudad de México y más tarde se incorporó a la Fuerza Aérea. En ese camino animó también a Tulio, que, apenas pudo, se inscribió en el mismo colegio y, tiempo después, pasó a formar parte de la aviación militar. Tulio era bastante alto, casi llegaba al 1.90; espigado, picado de viruela, de rostro cálido y hábil en el manejo de aviones. Se distinguió como uno de los pocos pilotos que, en aviones de hélice de esa época, dejaba caer su nave en barrena y lograba dar seis o siete vueltas sobre sí misma, una maniobra altamente peligrosa. En 1945, como piloto del Escuadrón 201, se capacitaba en los Estados Unidos en el manej...

La herencia

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  El día de hoy, rebuscando papeles, encontré una pequeña tira de papel con una frase: La mayor riqueza que se puede poseer como hijo es la herencia de tener buenos padres. La autora de esta oración es Silvia H. Gallegos. Reflexionando, tiene razón de ser esta frase. En efecto, inculcar hábitos, destrezas, habilidades, es educar. Y la más importante de todas ellas: los valores, que nos van a acompañar de por vida si así lo queremos. Eso lo heredamos de los padres. Pero la pregunta obvia es: ¿cuáles son, o en qué consisten, esos valores? De bote pronto, se me ocurre el que tiene que ver con la honestidad. El diccionario define esta cualidad como: razonable, justo, probo, recto, honrado. Mi padre y mi madre, en una vida larga y fructífera —rica no en bienes materiales, pero sí en virtudes—, fueron ejemplo para todos los que los rodearon, y en especial para mí y mis hermanos. Recuerdo que en una ocasión a mi padre le ofrecieron ser candidato al cargo de presidente municipa...

Los inmigrantes

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 De las múltiples amenazas que al ser humano se echan encima, una que ha venido cobrando mayor relevancia y víctimas es el convertirse en inmigrante. Inmigrante, por definición, es aquel que abandona su lugar de origen para establecerse en otro distinto. En ese sentido, muchas personas —entre ellas el suscrito— lo somos, pues mi añorado terruño, en que transcurrió mi infancia y adolescencia, ha quedado lejano; la vida me ha llevado, en el andar por los caminos, hasta mi actual lugar de residencia. Me quiero referir en estas líneas a los inmigrantes que tienen que buscar otros horizontes más allá de las fronteras de su país. Los que huyen del suelo que los cobijaba debido a las persecuciones por sus ideas políticas, de la violencia, de la delincuencia, de la falta de oportunidades de trabajo o de causas similares, y que se han fijado como sueño un mundo diferente al que padecen —entre otros, el llamado “sueño americano”. Lo que me impulsa a reflexionar sobre es te tema se debe...