San Manuel Bartlett
¡Oh mi adorado santo San Manuel Bartlett! patrono de los sistemas caídos, de los apagones y de las causas difíciles y desesperadas. Perdona mis aborrecibles pecados. He pecado de pensamiento, palabra y acción en contra tuya y del Mesías de Macuspana. He dudado de su santidad, deshonestidad republicana, de sus prédicas de nunca mentir, robar o defraudar. Sé que fueron pecadores arrepentidos que renegaron de sus pasados priístas, perredistas y de otros “istas”, y que, iluminados por el verbo de quien ahora es el proceder de la 4T, se han transformado de rateros y vividores del erario a defraudadores de toda clase de derechos humanos e inhumanos; ahora viven en el Olimpo de la “verdad”, la “honradez” y la “santidad”.
Recibo con humildad el rayo de tu enojo por mis difamaciones a tus virtudes; por dudar de que eres enemigo de las caídas del sistema o de que existan apagones, que ahora, gracias a tu divino verbo, sé que se llaman “pequeños problemas por exceso de demanda de energía eléctrica”. Reniego de mis falsas ideas que he expresado de que tú, santo patrono, y tu jefe, el divino patriarca tabasqueño, nunca en su perra vida han tenido un día de trabajo honrado, por lo que nunca han necesitado trabajar en alguna modesta, mediana o grande empresa y, por ende, nunca han tenido que manejar cuentas de cheques, tarjetas de crédito, etcétera, porque todos lo reciben como Maná del cielo, en “cash”.
Acúsame de pensar y propagar la idea de que nunca cumplen su palabra, pues ante sus proclamas de que nunca iban a ocurrir apagones, lo que ha sucedido son “interrupciones inesperadas del servicio”. ¡Dios y ustedes me han castigado por mis pensamientos sacrílegos! Juro que de ahora en adelante enmendaré mi conducta, pues ya tuve avisos puntuales de su parte. Debido a que, por razones desconocidas, o más bien, a los altibajos de la corriente eléctrica, con apagón incluido, ocurridos hace dos días en mi humilde hogar —que pongo a las órdenes de sus excelsas personas— se fundieron mi ventilador, mi refrigerador y mi televisor. Perdóname, santo patrono y mesías tropical por dudar de su poder; de ahora en adelante seré de la quinta transformación 5T.
Con mi humilde súplica. Gracias.
Posdata: Acuso recibo de que para que la Comisión Federal de Electricidad me indemnice por mis aparatos es suficiente con una solicitud a la que acompañe mi acta original de nacimiento, mi credencial del INE, declaraciones fiscales de los últimos 20 años, certificado de antecedentes penales actualizado, constancia de la CURP, declaraciones notariales de 100 trabajadores de la Secretaría del Bienestar que avalen que ya me voy a portar en la línea que trae Morena, y no la Morena del Tepeyac, y todo con 18 copias. Gracias. Si para el año 3000 reúno la documentación, se las voy a enviar al averno, con copia a la dirección de su rancho, donde supongo que estarán a fuego manso para toda la eternidad. Reciban mi respetuoso y austero saludo, “con todo mi respeto”, como es usual en la 4T.
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Recibo con humildad el rayo de tu enojo por mis difamaciones a tus virtudes; por dudar de que eres enemigo de las caídas del sistema o de que existan apagones, que ahora, gracias a tu divino verbo, sé que se llaman “pequeños problemas por exceso de demanda de energía eléctrica”. Reniego de mis falsas ideas que he expresado de que tú, santo patrono, y tu jefe, el divino patriarca tabasqueño, nunca en su perra vida han tenido un día de trabajo honrado, por lo que nunca han necesitado trabajar en alguna modesta, mediana o grande empresa y, por ende, nunca han tenido que manejar cuentas de cheques, tarjetas de crédito, etcétera, porque todos lo reciben como Maná del cielo, en “cash”.
Acúsame de pensar y propagar la idea de que nunca cumplen su palabra, pues ante sus proclamas de que nunca iban a ocurrir apagones, lo que ha sucedido son “interrupciones inesperadas del servicio”. ¡Dios y ustedes me han castigado por mis pensamientos sacrílegos! Juro que de ahora en adelante enmendaré mi conducta, pues ya tuve avisos puntuales de su parte. Debido a que, por razones desconocidas, o más bien, a los altibajos de la corriente eléctrica, con apagón incluido, ocurridos hace dos días en mi humilde hogar —que pongo a las órdenes de sus excelsas personas— se fundieron mi ventilador, mi refrigerador y mi televisor. Perdóname, santo patrono y mesías tropical por dudar de su poder; de ahora en adelante seré de la quinta transformación 5T.
Con mi humilde súplica. Gracias.
Posdata: Acuso recibo de que para que la Comisión Federal de Electricidad me indemnice por mis aparatos es suficiente con una solicitud a la que acompañe mi acta original de nacimiento, mi credencial del INE, declaraciones fiscales de los últimos 20 años, certificado de antecedentes penales actualizado, constancia de la CURP, declaraciones notariales de 100 trabajadores de la Secretaría del Bienestar que avalen que ya me voy a portar en la línea que trae Morena, y no la Morena del Tepeyac, y todo con 18 copias. Gracias. Si para el año 3000 reúno la documentación, se las voy a enviar al averno, con copia a la dirección de su rancho, donde supongo que estarán a fuego manso para toda la eternidad. Reciban mi respetuoso y austero saludo, “con todo mi respeto”, como es usual en la 4T.
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