Ahí viene el tren

Zacatecas es recordado como un estado peligroso, dominado por bandas criminales que con frecuencia ocupan los titulares de los diarios nacionales e incluso internacionales. Esto no se debe precisamente a la eficiencia de las autoridades gubernamentales en su combate, sino más bien a la creciente cantidad de personas asesinadas y exhibidas colgando de los puentes, a plena vista de los viajeros que se aventuran a circular por las carreteras.

Mis familiares, que residen en el centro del país y cuya vía más corta para llegar a Torreón, donde viven, pasa por Zacatecas, han optado desde hace 3 o 4 años por dar un rodeo, a pesar de que esto implica más tiempo de viaje que cruzar por territorio zacatecano.

Por eso, mi corazón se llenó de alegría cuando, el día de hoy, mi periódico favorito me obsequió una columna periodística que relata la historia de una pareja joven, Lupita Cuevas y Gilberto Dueñas, quienes hace aproximadamente 5 meses, observaron en el cruce ferroviario de San Fernando, en la capital del mencionado estado, el tren de carga conocido como "La Bestia". Durante años, ha sido común que los migrantes que ingresan por la frontera sur de nuestro país, con la esperanza de llegar a Estados Unidos, se suban a los vagones de este tren que recorre largas distancias, arriesgando su integridad física y su vida.


En ese cruce de San Fernando, en un acto de humanidad y solidaridad, arrojaron botellas de agua a los migrantes que desesperadamente intentaban atraparlas.

El periódico informa que quedaron conmovidos al ver la desesperación de quienes intentaban alcanzar las botellas. Así fue como se creó un grupo de WhatsApp con amigos y familiares, con el propósito de comprar botellas de agua y más manos dispuestas a hacerlas llegar a su destino, esperando el paso de "La Bestia".

Poco después, más personas generosas se unieron a la causa, proporcionando no sólo botellas de agua, sino también tortas, bolsas con lonches, ropa y cobijas. Así nació "Máquina 30-30: Amor sin Fronteras", un grupo que, día y noche, llueva o relampaguee, cumple con la labor más importante de sus vidas: brindar afecto a aquellos que más lo necesitan. Incluso "La Bestia", a pesar de su coraza metálica, se conmueve, y en San Fernando, disminuye la velocidad para facilitar la ayuda.

Esta noticia ha valido no sólo el día, el mes, sino hasta el año. Dios los bendiga.

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