¿Por qué te fuiste?
Desde niño, he sido fanático del cine. Las películas te hacen vivir, revivir y pervivir. Las disfrutas en la primera ocasión, las recuerdas, y así las vuelves a gozar, ya que ahora están grabadas en tu memoria.
De joven, cuando mi “disco duro” era una esponja que absorbía todo, incluso pude ganar apuestas recordando nombres de películas, actores y actrices, y a veces hasta directores. Aprendí que para una buena película importa el tema y que, a veces, éste salva la película; en otras, el director es el mago, y en ese terreno existen magníficos como Stanley Kubrick, Costa-Gavras, Del Toro, Cuarón, Iñárritu y muchos más.
Gracias a Netflix y en ausencia de las salas cinematográficas que están en camino de desaparecer, acabo de ver la película que en español se titula "Desaparecidos", la cual desarrolla un tema insólito: un blanco que, por voluntad propia, se convierte en indio piel roja, interpretado por Tommy Lee Jones, adoptando la vida de un indígena.
En la película, nuestro personaje ya es un hombre en el lindero de la madurez. Cuando joven, tuvo una esposa blanca, procreó una hija y, al vaivén de su existencia, las abandonó para convertirse en indio. Viste como tal, habla su lengua, sigue sus costumbres y vive en la zona semidesértica del viejo oeste.
El tema de la película se refiere a que su hija, ya convertida en mujer (papel que desempeña Cate Blanchett), quien a su vez es madre de dos hijas 9 y 18 años, se reencuentra accidentalmente con su padre, al que aborrece por haberla abandonado cuando era niña; su madre ya había fallecido para esas fechas.
La protagonista vive en un pequeño rancho dedicado a la agricultura y, debido a la inseguridad del territorio, se ve obligada a enviar a su hija mayor a otro lugar, a cargo de un vaquero de confianza. Sin embargo, no llegan a su destino. Ella resuelve buscarlos y encuentra que el vaquero ha sido cruelmente asesinado y su hija desaparecida a manos de forajidos apaches.
Desesperada, acude a las autoridades para que busquen a los secuestradores y rescaten a su hija. No encuentra respuesta, ya que la partida de soldados encargados de aplicar la ley sólo se distingue de los delincuentes porque usan uniforme; son indisciplinados y, en cuanto pueden, roban a los propios ciudadanos y escurren el bulto si de peligro se trata.
Desesperada, solo le queda una opción: su padre, por su experiencia en seguir huellas, conocer diferentes tribus y lenguas indígenas. Éste le hace ver que a su hija la llevan rumbo a la frontera con México, donde será vendida como mercancía, y si eso sucede… mejor olvidarse de ella.
Frente a los ojos del espectador los malos y los buenos tienen matices. No es mi propósito analizar el desarrollo y desenlace de lo acontecido, pero sí la recomiendo y únicamente me referiré a un paisaje incidental.
La protagonista, en medio de la persecución, le pregunta a su padre: "¿Por qué nos abandonaste?". Él responde como un verdadero indio, con un circunloquio: "Hubo un día que le preguntaron a un viejo indio nómada por qué nunca duraba tiempo en un solo lugar al lado de su familia y respondió: 'Vi volar un águila y la seguí'. Y ¿por qué no regresaste? El águila siguió volando. Cada quién que interprete, pero a mi modo de ver, a veces se persiguen sueños y no se miden las consecuencias, o como dice el dicho popular: "Genio y figura hasta la sepultura".
De joven, cuando mi “disco duro” era una esponja que absorbía todo, incluso pude ganar apuestas recordando nombres de películas, actores y actrices, y a veces hasta directores. Aprendí que para una buena película importa el tema y que, a veces, éste salva la película; en otras, el director es el mago, y en ese terreno existen magníficos como Stanley Kubrick, Costa-Gavras, Del Toro, Cuarón, Iñárritu y muchos más.
Gracias a Netflix y en ausencia de las salas cinematográficas que están en camino de desaparecer, acabo de ver la película que en español se titula "Desaparecidos", la cual desarrolla un tema insólito: un blanco que, por voluntad propia, se convierte en indio piel roja, interpretado por Tommy Lee Jones, adoptando la vida de un indígena.
En la película, nuestro personaje ya es un hombre en el lindero de la madurez. Cuando joven, tuvo una esposa blanca, procreó una hija y, al vaivén de su existencia, las abandonó para convertirse en indio. Viste como tal, habla su lengua, sigue sus costumbres y vive en la zona semidesértica del viejo oeste.
El tema de la película se refiere a que su hija, ya convertida en mujer (papel que desempeña Cate Blanchett), quien a su vez es madre de dos hijas 9 y 18 años, se reencuentra accidentalmente con su padre, al que aborrece por haberla abandonado cuando era niña; su madre ya había fallecido para esas fechas.
La protagonista vive en un pequeño rancho dedicado a la agricultura y, debido a la inseguridad del territorio, se ve obligada a enviar a su hija mayor a otro lugar, a cargo de un vaquero de confianza. Sin embargo, no llegan a su destino. Ella resuelve buscarlos y encuentra que el vaquero ha sido cruelmente asesinado y su hija desaparecida a manos de forajidos apaches.
Desesperada, acude a las autoridades para que busquen a los secuestradores y rescaten a su hija. No encuentra respuesta, ya que la partida de soldados encargados de aplicar la ley sólo se distingue de los delincuentes porque usan uniforme; son indisciplinados y, en cuanto pueden, roban a los propios ciudadanos y escurren el bulto si de peligro se trata.
Desesperada, solo le queda una opción: su padre, por su experiencia en seguir huellas, conocer diferentes tribus y lenguas indígenas. Éste le hace ver que a su hija la llevan rumbo a la frontera con México, donde será vendida como mercancía, y si eso sucede… mejor olvidarse de ella.
Frente a los ojos del espectador los malos y los buenos tienen matices. No es mi propósito analizar el desarrollo y desenlace de lo acontecido, pero sí la recomiendo y únicamente me referiré a un paisaje incidental.
La protagonista, en medio de la persecución, le pregunta a su padre: "¿Por qué nos abandonaste?". Él responde como un verdadero indio, con un circunloquio: "Hubo un día que le preguntaron a un viejo indio nómada por qué nunca duraba tiempo en un solo lugar al lado de su familia y respondió: 'Vi volar un águila y la seguí'. Y ¿por qué no regresaste? El águila siguió volando. Cada quién que interprete, pero a mi modo de ver, a veces se persiguen sueños y no se miden las consecuencias, o como dice el dicho popular: "Genio y figura hasta la sepultura".
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