Para Patricia
Hasta ayer, 24 de julio, me
enteré por una nota periodística que, desde el 5 de abril del presente año,
hombres con uniforme militar se la llevaron de su casa en el municipio de
Acámbaro, Guanajuato.
Duele que eso pueda
acontecer a cualquier ser humano, pues nadie está exento de ese peligro en
nuestra patria.
La razón que en este caso me mueve
a escribir, es que Patricia, como yo, somos del mismo municipio, de Acámbaro,
Guanajuato; pero además porque me enteré de que Patricia estudiaba la
licenciatura en criminología y esta ciencia ha formado parte de mi formación
profesional.
Parece de pesadilla que alguien
que optó estudiar y trabajar en conocer y resolver el problema de las conductas
antisociales, sea víctima de éstas.
Es insignificante el valor de
esta misiva para paliar el dolor de su familia y menos aún de que contribuya a
su localización, pero mis oraciones ruegan para que aparezca sana y salva,
concluya sus estudios y sea una exitosa profesionista.
Acámbaro eligió desde hace muchos
años, como patrona, a la Virgen del Refugio, “abogada de las causas difíciles y
desesperadas”, cuya encomienda en calidad de nuestra madre es interceder ante su
amado hijo para que alivie nuestras penas, resuelva nuestras necesidades y nos
consuele en las desgracias, y a ella acudo a rogarle por Patricia, para que
retorne a su hogar, a su hijo, y a toda su familia.
Abrazo con afecto a todos los
suyos y espero que Patricia pueda retornar a su casa y superar esta difícil
prueba.
Ojalá todo eso suceda.
Torreón, Coahuila,
julio 25, 2022.
Octavio A. Orellana
Wiarco
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