Entre la 7a y la 8a

 El encabezado de esta disquisición no tiene que ver ni con las calles de Torreón, ni con avenidas de la “gran manzana", en la que personalmente nunca he estado. Tiene relación con una serie de televisión cuya trama se desenvuelve en los Estados Unidos, a riesgo de equivocarme, en el estado de California de ese país. Me refiero a los episodios de El método Kominsky (Netflix), cuyos principales papeles están a cargo de dos laureados artistas con óscares: Michael Douglas y Alan Artkin, que encarnan a un famoso director de una academia de actuación —el primero— y a un cuasi retirado representante de actores —el segundo—. Ambos han consolidado una amistad a lo largo de cuatro o cinco décadas. Los personajes que ellos tienen a su cargo rondan alrededor de los 70 y 80 años, lo cual es una ventaja pues en la vida real ellos deben de andar por esas edades.



Quienes me conocen, saben de mi preferencia por las películas de acción sobre todo de conflictos bélicos de índole histórica, y claro está que en este tema hay un abismo entre memorables películas como Sin novedad en el frente, considerada entre las mejores cien películas que se hayan filmado, a las dedicadas a Rambo u otras similares. Sin embargo, acepto y con agrado otro tipo de películas, siempre que revelen las múltiples facetas de los seres humanos, las que normalmente no se se incluyen en algunos bodrios del cine mexicano dedicado a cabareteras, ficheras, luchadores y otras, que, como en la vida también tienen su público.

Recomiendo ampliamente la serie El método Kominsky, sobre todos a quienes cumplen con derecho a credencial del INSEN, pues para mi gusto, una de las principales virtudes de esta serie es su humor ácido. Los personajes se ríen y se burlan de todo, incluidos ellos mismos, por lo general en un tono amable, aunque a veces se pasan de la raya, según sea nuestro talante: tolerante o conservador. La próstata, las drogas, las relaciones sexuales, los conflictos de esposos, amantes, de padres e hijos, son el pan de cada capítulo.

En lo particular, me agrada un personaje totalmente secundario. Se trata de un mesero de un restaurant tipo Deny’s. Me refiero a quien atiende una de las mesas de ese sitio al que cotidianamente asisten los personajes principales. Su desempeño es llevarles las bebidas, l cual tiene su chiste, pues fácilmente tiene más de 90 años. Vale la pena verlo y reflexionar, y desde ahora te recomiendo: tómate tu tiempo antes de opinar.

En medio la sana distancia que continúa en nuestras vidas, te aseguro estimado lector o lectora que, si después de uno o dos capítulos persistes en continuar, no te arrepentirás. Te apuesto 100 dólares, y este reto tiene su explicación en la propia serie.


Comentarios

  1. Que gusto leerlo Doctor.
    Tiene toda la razón mi esposo y yo disfrutamos mucho esa serie que es un regalo de risa y si tienes ganas de reflexiones ácidas e interesantes ... ya salio nueva temporada igual extrañamos el duo pero igual vale mucho la pena. SALUDOS doctor un gran abrazo para Usted ...

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