Carta abierta
H. COLEGIO DE ABOGADOS DE LA LAGUNA, A.C
P R E S E N T E
El pasado 12 de julio del 2020,
ahora ya lejano, en pleno año de la pandemia que todavía padecemos, este
organismo decidió otorgarme la distinción que anualmente concede a colegas y
que han designado “JOSÉ OVALLE FAVELA”, en honor a ese distinguido
procesalista; y que hasta hace pocos días me fue entregado de manos de su
presidente, porque no había sido posible efectuarla por la obligada
“cuarentena” convertida en “anualidad”.
Aprovecho esta oportunidad de
compartir con ustedes, colegas y amigos, anhelos y pensamientos que, con la
licencia del ilustre Martin Luther King, paladín de los derechos humanos, y
lejos de su grandeza de miras y de su impecable retórica, he denominado “Tengo
un sueño, que en realidad son varios:
Tengo un sueño, de que esta
Comarca Lagunera sea, algún día, erigida en Estado libre y soberano de este
país, y que el gremio de abogados, que ya inició esta lucha, lo logre, al lado
de los ciudadanos que comparten este anhelo.
Tengo un sueño, que las escuelas
y facultades de esta Comarca Lagunera que por ahora forman parte de la UAdeC
logren su independencia y autonomía.
Tengo un sueño, de que en este estado
y en el resto de la república, el ejercicio cotidiano de una verdadera división
de poderes sea una realidad, en que el poder judicial, pilar de la justicia, no
sea, como hasta la fecha, un apéndice del poder ejecutivo.
Tengo un sueño, que los jueces y
magistrados de este estado y de toda la república gocen de plena independencia
en el ejercicio de la noble función de impartir justicia.
Tengo un sueño, de que las
instituciones de procuraduría de justicia (fiscales) y de administración de
justicia (jueces y magistrados) se integren por hombres y mujeres honestos,
probos, capaces, con valor para enfrentar presiones de los poderosos, de la
opinión pública, de intereses económicos, políticos o sociales, y únicamente se
guíen por los principios de legalidad (debido proceso) y de justicia
(protección de los derechos fundamentales).
Tengo un sueño, que los abogados
actuemos conforme a las responsabilidades que nos corresponden, así que,
podemos defender causas de probables violadores, asesinos, delincuentes de
“cuello blanco”, etc., porque todos ellos, inocentes o responsables, tienen
derecho constitucional a defenderse; si bien no nos está permitido obrar
violando la ley o el debido proceso con dilaciones probatorias para entorpecer
la impartición de justicia u ocultar pruebas en demérito del “descubrimiento probatorio”,
pues así como no es posible combatir el fuego con el fuego, la violencia con
más violencia, tampoco lo es violar la ley, alegando que se “defiende” a quien
es imputado o responsable de haberla violado.
Tengo un sueño, que las reglas
del llamado proceso oral adversarial, que apenas inicia en este país, se
aplique a todas las materias procesales, no sólo a la penal o algunas otras, en
que ya ha iniciado, pues este sistema es superior al que por siglos hemos
tenido, donde “sólo existe lo que está en un expediente”.
Tengo un sueño, que durante sus
estudios de licenciatura los futuros abogados contemplen en sus respectivas
instituciones educativas un plan debidamente estructurado de prácticas en
empresas, oficinas, instituciones, etcétera, relacionados con su futuro
profesional, que comprenda un apoyo permanente para obtener una plaza laboral,
como un derecho para el egresado y una obligación para la institución
educativa.
Tengo un sueño, que todas estas
ensoñaciones, aunque tarde, se lleguen a cumplir.
Con todo respeto y reiterando mi
agradecimiento.
Dr. Octavio Alberto
Orellana Wiarco
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