Coleccionista
Me adscribo como coleccionista en calidad de aficionado. Desde niño, como supongo que a todos o a la mayoría les sucede, me dio por coleccionar piedras por sus atractivos coloridos, cajetillas de cerillos en las que en una de sus caras aparecían pinturas de artistas famosos (de tamaño minúsculo), también “estampitas”, que venían en sobres donde se encontraban 2, 3 o 4, y el correspondiente álbum donde se debían pegar. Como frecuentemente venían repetidas, era obligado entrar en la primitiva actividad del “trueque” ¿Cuál tienes? ¿busco la del número tal? No, esa no ha salido. En mi memoria, uno de los eventos amargos de mi infancia resultó la colección de estampitas de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que se encontraba ya en su cuarto o quinto año (1944 o 1945). El álbum requería para completarlo de unas 500 estampitas. En la actividad del trueque visitamos, el autor de estas líneas y mis hermanos, la casa de unos primos para intercambiar estampitas, y tuve la reprobable idea de apr...