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Mostrando las entradas de septiembre, 2020

Papelitos hablan (parte 2)

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II DOCTORADO Desde 1994 hasta el presente, 2020, me han invitado en varias ocasiones a dar clases en diplomados y en el nivel de maestría de Derecho Penal, en la Universidad Juárez de Durango, y en la Autónoma de Coahuila. Por ese motivo viajaba a las ciudades de Durango y Saltillo, respectivamente.   En el 2000, en la Facultad de Derecho de la Universidad Juárez del Estado de Durango, se reiniciaron los cursos para el grado de doctor, y su director, el ahora Dr. José de Jesús Quiñones Ruiz, quien había sido uno de mis distinguidos alumnos en la maestría, me insistía en que ingresara. Al principio me resistía, pues había que asistir todos los fines de semana (viernes por la tarde y sábado en la mañana), lo que implicaba salir de Torreón el viernes a las 12.00 horas, llegar a Durango, comer rápido e ir a clases, dormir y al día siguiente asistir a los cursos y regresar a Torreón al filo de las 15 horas. Además de lo que implicaba viajar, tenía el problema de que en ese tiempo me des...

"Papelitos hablan" (Parte 1)

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 PARTE I:  MAESTRÍA Desde luego que siempre he pensado que el conocimiento es preferible a las buenas calificaciones; sin embargo, en la vida real el “papelito”, tradúzcase en diploma, medalla, mención honorífica y sobre todo un título, en el mundo laboral y socialmente es la carta de presentación.   Si no cuentas en el “papelito” que acredite tu saber o experiencia, oportunidades laborales se te van a escapar de las manos. Por otra parte, si cuentas con el título, pero desperdiciaste el tiempo de estudio, si no te preparaste o te capacitaste lo mejor posible para afrontar los problemas de la vida profesional, el título no será suficiente para sobrevivir en un mundo de competencias y serás desplazado. Constantemente presenciamos a profesionistas o especialistas que buscan escalar puestos a base de servilismos o intriga, y les funciona, y así, pasan a integrar el grupo de la llamada kakistocracia , pero tarde o temprano quedan desnudos ante los ojos de la comunidad...

Un día difícil

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Con los años me ha quedado claro que la política, sobre todo su ejercicio no era lo mío. Me gusta ayudar a los demás. Siendo muy joven, debido a que me distinguí en el estudio de la historia, me pidieron que impartiera clases a nivel secundaria. Tenía apenas 16 años y cursaba el primer año de preparatoria. Así durante dos años me desempeñé como maestro honorario. A mi favor fue que era puntual y preparaba mis clases. Más mérito era el de mi hermano Miguel, quien lo hizo por un año, pero en matemáticas, siendo él un año menor que yo. En mis días de universitario jamás se me ocurrió, ni por equivocación, incursionar en las “grillas” estudiantiles. Era introvertido y mis pasiones extra-clase eran la lectura y el cine. En mi primer trabajo formal como abogado, trabajaba en el jurídico de una sucursal de un banco. Había problemas laborales que nos afectaban a todos, como el servicio médico, medidas administrativas, etc. Por ley, el personal bancario no podía organizar sindicatos. Algunos ba...