La meritocracia y la kakistocracia
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En nuestro mundo, en el de la realidad, la del plano objetivo, nos encontramos, a veces, en el dilema de confrontar la meritocracia y la kakistocracia, o sea, el trabajo o la labor de los mejores, frente a los peores; sin embargo, ésta no es la única cuestión, pues pensándolo bien no representa problema, pues obviamente escogeríamos a los primeros; en efecto, desde que el hombre habita este planeta la sobrevivencia planteó la necesidad de que unos dirigieran al grupo. Al principio, la comunidad la constituían apenas unos cuantos y la decisión de elegir al jefe se decantó por el más inteligente, o el más hábil en pescar o cazar, o bien, el más fuerte físicamente, o el más astuto, o el más prudente, y éste, con el tiempo, acumuló prestigio, prebendas o canonjías, las que despertaron la envidia, la codicia, o los celos de otros, que podían tener o no los méritos para conducir al grupo, pero sí la ambición de desplazar al dirigente. Así surgió la clase dirigente política, o religiosa, y no...