El rebelde
![Imagen](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi099vkMUHgFwn5Ya-14dRjYuQWnLkw9i9Qc18GxYCgOBDJj83aH4Zk3KQF7fB2uTNpH_6UNqhFM1O8ujUOrm7gPDVdvIJv19B-gNawd3YF_9q3Udo9UUZbLMJafISrW6vxwlcdK3vDtMS_/s320/Picture1.jpg)
Tuve una infancia y una adolescencia feliz. Puede decirse “normal”, rodeado de mis padres, hermanos y hermanas, primos, primas, tío, tías, parentela y amigos. Tal vez fui de aquellos que podían denominarse “críos difíciles”, porque no era de los que obedecían las “riendas” a la primera. No me gustaba que me mandaran y así me gané desde regaños hasta fuertes golpes. Pero eso no me hacía sino tornarme más “arisco”. Al iniciar mi juventud, sólo dos caminos se presentaban como actividades para toda la vida: la ruta castrense o militar y la civil. Ya habrán adivinado para cuál rumbo me dirigieron. Por mi parte, como suele suceder, no me decidía cuál sendero escoger: el primero me fascinaba, porque competir, luchar… y ganar era lo que quería, pero al mismo tiempo rechazaba tener que obedecer, recibir órdenes de una bola de “pendejos”, que sentían que por tener “galones” podían exigir que les “rindieran” pleitesía como si fueran emperadores cuando su cabeza estaba ausente ...